INTO THE WILD

Me gustaría hablaros de esta película. Es una de esas películas en las que te quedas ensimismado viendo pasar los créditos al final de la proyección dándole vueltas en la cabeza a lo que acabas de ver, sobre todo cuando la historia es una historia real. Al menos así me quedé yo cuando acabé de ver esta película. No se si es porque estoy a punto de entrar en los 40, edad en la que empiezas a plantearte cosas que nunca antes te habías planteado, como si has enfocado bien tu vida, o si eres realmente feliz, o si trabajas para vivir o vives para trabajar. No esperéis una película divertida, ni de acción, ni romántica, ni nada de eso. A modo de resumen (y por si te estás planteando verla si no lo has hecho ya), el joven e idealista Christopher McCandless (Emile Hirsch) abandona su vida en la civilización, deja sus posesiones y dona sus 24.000 dólares de ahorros a la caridad para poner rumbo a la salvaje Alaska.

Parafraseando a Alberto Bermejo (Diario El Mundo), es ese tipo de película que a algunos puede resultarles ingenua, incluso pueril, y que sin embargo otros, a los que les toque en profundidad, acabarán viendo con lágrimas en los ojos. En definitiva, y desde mi punto de vista, una película cautivadora, llena de espacios abiertos y de aire fresco, con una excelente banda sonora y con una estupenda fotografía. Absolutamente recomendable.

Una última reflexión sobre el mensaje de esta película, que no es mía, sino de Chris McCandless: la felicidad sólo es real cuando es compartida.