La biomasa: alternativa energética

Señores, siento decirlo así, pero nos estamos cargando el planeta. Y también siento ser pesimista, pero lo peor está por llegar.

Occidente, o mejor dicho, los países desarrollados, ya pegamos el acelerón de nuestro desarrollo económico a costa de un consumo energético desmesurado. Es cierto que en los últimos años, los problemas medioambientales han aparecido en las agendas de organizaciones internacionales como uno de los problemas a solucionar en el medio plazo, pero también es cierto que las propuestas de reducción de emisiones de CO2 no tienen respuesta por parte de los principales emisores como China y Estados Unidos. Y desde luego, las que serán las nuevas potencias emergentes como Brasil o India tampoco estarán dispuestas a renunciar a su turno en un desarrollo económico que irremediablemente pasa por un incremento exponencial de las emisiones de CO2 y de la degradación del ecosistema natural.

Así las cosas, el desarrollo de las energías renovables supone una clara oportunidad en los países desarrollados en los que las iniciativas ecológicas están empezando a tener su hueco no sólo en la conciencia colectiva, sino en políticas gubernamentales. Políticas que se traducen en estrategias bien intencionadas como la publicada por la UE en el 2009 denominada 20/20/20 (20% de la energía primaria producida por energías renovables, 20% de reducción de emisiones del CO2 y 20% de incremento de eficiencia energética).

El panorama en España está realmente confuso. Por un lado, las exigencias que nos impone Europa en lo relativo a la producción de energía por medio de fuentes renovables son grandes después de no haber conseguido cumplir los objetivos marcados en el PER 2005-2010. El cumplimiento de los objetivos de la UE requiere que el 64% del crecimiento energético en España se atienda con renovables.

Por otro lado, la inseguridad jurídica creada por el gobierno de Zapatero en materia de renovables con el Real Decreto 14/2010 (que invalida de forma retroactiva parte de las condiciones establecidas en el Real Decreto  661/2007 por el que se regulaba las subvenciones a la producción de energía eléctrica fotovoltaica) establece un marco poco fiable para inversores locales y extranjeros. Este país es de traca, de pandereta. Flaco favor hacen estos vaivenes regulatorios para traer  inversiones al sector de renovables. Es lo que pasa cuando la incompetencia se abandera de progresismo, pero ésa es otra guerra.

En este marco, la biomasa se configura como la opción más atractiva de fuente alternativa y renovable de energía por varias razones:

  • Fomenta la creación de empleo y el desarrollo de áreas rurales, ya que se puede cultivar, por lo que es la fuente de energía renovable que más beneficios aporta al medio rural. Estos beneficios no se limitan a la creación de empleo sobre un cultivo productivo de alto potencial de desarrollo, sino que además abarcan una mejora en la limpieza y ordenación forestal, ya que la limpieza forestal de talas controladas es una fuente importante de biomasa. Con el aprovechamiento de los residuos de la limpieza forestal se reduce el riesgo de incendio y de plagas en los bosques  y se mantienen saneadas áreas forestales de alto valor ecológico. Por lo tanto, para el medio rural, el desarrollo de la biomasa supone una excelente oportunidad.
  • El balance de CO2 de esta fuente de energía es positivo (algo que muchas veces se pone en duda).  Los cultivos forestales dedicados a la producción de biomasa absorben más CO2 que el que se emite a la atmósfera en la producción de energía.
  • Es la fuente de energía renovable más estable de todas, ya que su producción no depende de condiciones meteorológicas como las demás (eólica, solar,…), siendo además la más eficiente en relación coste/beneficio y la más barata de producir. En proyectos de calefacción por caldera de biomasa en nuestro país, se están alcanzando ahorros en coste por kW de más del 50% frente a sistemas tradicionales, por lo que es una alternativa perfecta para disminuir la factura energética de hogares, colegios, edificios públicos,…

Como resumen, y en mi opinión, la biomasa forestal en España es un sector a desarrollar de forma urgente por sus obvios beneficios: creación de empleo, desarrollo del medio rural e incremento de la producción de energía por medios renovables con costes razonables.

Tenedla en cuenta cuando consideréis el panorama energético de este país en los próximos diez años.